En la oscuridad de la noche,
la oscuridad llamo a mi puerta,
la abri, la mire y la deje pasar,
entro, se sento y la servi una copa
Cogio la copa, tomo un sorbo y me miro.
Su mirada era como un tempano de hielo, penetrante y fria,
pero no quise robar su mirada.
Sus labios eran como una rosa, atrayentes y venenosos,
pero no quise beber de sus labios.
Su cuerpo era como un perfume, fragil y sensual,
pero no quise tocar su cuerpo.
Dejo la copa , terminada, en la mesita de noche como mi tiempo.
con su mirada me indico lo que yo ya sabia.
cuando la robase su mirada, bebiese de sus labios y tomara su cuerpo,
seria toda suya para la eternidad.
Yo acepte silencioso a la señora muerte,
porque la estaba esperando desde que me dejastes.
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